Probablemente habrás notado que el nombre del blog es “Puentes de evidencias: conocimiento-acción para la conservación”. Creo que no viene mal que la primera entrada sea para explicar los motivos de este nombre.
Empecemos por lo básico. De acuerdo con Real Academia Española, un puente es una “construcción de piedra, ladrillo, madera, hierro, hormigón, etc., que se construye y forma sobre los ríos, fosos y otros sitios, para poder pasarlos”; mientras que evidencia es la “certeza clara y manifiesta de la que no se puede dudar” … En un ratito más regresaremos a esto.
Pues bien, en el año 2021, Kadykalo y otros1 definieron el concepto puentes de evidencias (evidence bridges, en inglés) como “todos los profesionales y actividades de traducción del conocimiento”; pero no se refieren a traducir de un idioma a otro, sino a cambiar de un lenguaje científico o especializado, a uno normal o que todo el mundo entienda.
Esto es algo que en medicina es muy habitual. Existen personas y organizaciones que trabajan como “intermediarios” entre los científicos y los médicos, resumiendo las investigaciones que sean importantes para la toma de decisiones y haciendo que las evidencias sean de fácil acceso1. Así los médicos pueden utilizar ese conocimiento para salvar nuestras vidas. A estos intermediarios se les conoce como “bróker o agente del conocimiento” (knowledge broker, en inglés).
La cuestión es que estos agentes del conocimiento no son tan comunes en el área de la conservación de la biodiversidad y manejo de recursos naturales, y los pocos que existen no son capaces de llegar a la mayoría de los practicantes de la conservación, es decir, a los manejadores de recursos tanto del gobierno como de la industria, a las organizaciones de conservación y a los agricultores, ganaderos, o cualquier otro propietario de predios rústicos.
Este es un problema serio, porque es fundamental que las decisiones que se tomen estén basadas en evidencias sólidas, pero esto no siempre ocurre. En este contexto, los agentes del conocimiento deben ser capaces de identificar temas que sean prioritarios para los practicantes, sintetizar las evidencias, divulgarlas en formatos que sean fáciles de encontrar y utilizar, y para ello, es necesario que desarrollen y mantengan redes con los investigadores y con los practicantes1. Así es como se establece un puente de evidencia, es decir, la construcción que se forma, a partir de evidencias, sobre el foso existente entre los científicos y los practicantes. Es la forma en la que el conocimiento puede convertirse en acciones para conservar la biodiversidad.
¡Gracias por llegar hasta el final!
Referencias
1. Kadykalo, A. N., Buxton, R. T., Morrison, P., Anderson, C. M., Bickerton, H., Francis, C. M., Smith, A. C. y Fahrig, L. (2021). Bridging research and practice in conservation. Conservation Biology, 35(6), 1725-1737. https://doi.org/10.1111/cobi.13732
Créditos fotográficos: Nancy Romero.